miércoles, 15 de junio de 2011

invisible.

A veces me gustaría ser invisible..
+¿Tú?¿para qué quieres ser invisible todo el día?
- No, todo el día no, al menos unas seis horas...
- ¿Para que?
- ¿Para qué? Pues... para ir por ahí saliendo del armario de los hermanos de mis amigas y
pegarles sustos. Para ir por las tiendas y robar todo tipo de cosas sin que nadie pueda verme. Y para joder mucho a la gente...
+ ¿Para eso quieres ser invisible? ¡Pues vaya tontería!
- ¿Vaya tontería? A ver lista, ¿qué harías tú si fueras invisible?
+ Pues... si fuera invisible haría muchas más cosas que esas. Por ejemplo ir a su habitación y verle ahí, metido en la cama, durmiendo y suspirar, y saber que el mundo merece la pena. Para besarle y que no sepa que le esta pasando. Y ponerle la zancadilla a todas las chicas que se acerquen a él babeando, para que se las parta el labio o se las rompa la nariz y, por qué no, para que se traguen los dientes y así no se fijará en ellas. Pero sobre todo, me encantaría ser invisible para susurrarle mi nombre a todas horas, y que al verme, me dijera que oye mi nombre a todas horas, y que quizá se está volviendo loco de tanto quererme...

domingo, 5 de junio de 2011

Quizá.

Y quizá el problema es que tengo una cuerda demasiado frágil por la que caminar. O soy yo la que se ha metido en la cabeza que no soportará el peso. Que dejo que las secuelas se apoderen de mi mente, que me dejo atar de promesas y sentimientos a demasiada gente, que no le sé poner al mal tiempo buena cara, y, a veces, ni siquiera al sol. Sentirse invisible es ya una sensación tan rutinaria que cuando se va, tengo miedo de no saber adaptarme a que alguien quiera realmente ayudarme sin querer nada a cambio. El color de mis días es oscuro, pero es culpa mía, que no hago más que encerrarme en mi miedo. Tengo miedo de que se me rompan las esperanzas, de que me arranquen los sentimientos, de que los sueños sean inalcanzables. Tengo miedo de gritar, pues quizás no tenga razón, y tengo miedo de los susurros, pues nadie oirá mis opiniones. 
No sé como pedir a la sensación de inseguridad que se vaya, a deshacerme de la aprensión. Aprender a no seguir la vida como si fuera un puzle que hay que resolver, si no dejar que poco a poco, el cauce me lleve a la meta. Después de todo, se supone que siempre se llega al mismo lugar, cuanto más tarde, mejor.
A veces hay que pararse a reflexionar, que quizá el punto de vista que sigues no es la perspectiva adecuada. La mía no 
lo es. Pero no sé cómo librarme de tanto desasosiego por lo que no merece la pena y empezar a solazarme de lo que la casualidad me está legando.

6

Porque ya no hay formas existentes, ya no encuentro nada más para decirte que te quiero más que Julieta quiso a Romeo, o Rouse quiso a Jack en Titanic , como Satin quiso a Christian en Moulan Rouge , como Sara quiso a Nelson en Noviembre Dulce , como Holly quiso a Gerry en Postdata: Te quiero , o como Mary Jane quiso a Peter en Spiderman . 

viernes, 3 de junio de 2011

Se pasará, te lo prometo.

Lo que menos me gusta de echar de menos a alguien es que funciona a rachas. A días. Por momentos. En lugares concretos. Cuando menos te lo esperas. Llega sin avisar. Se queda un tiempo indefinido. No puedes dejar de hacerlo. Aunque lo intentes. Escuece. Duele. Quema. Pica. Desgarra. Rompe. Congela. Hiela. Arde. Arranca. Hiere. Desquebraja. Te hunde. Te asfixia. ¿He dicho qué duele?. Duele. Mucho. Te despiertas y no sabes qué va a pasar. Porque a veces, como dice Joaquín Sabina, hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos. 
¿Pero sabes qué? Se pasa, siempre se pasa, te lo prometo.

miércoles, 1 de junio de 2011

tu, yo.

Podría quererte como tú necesitas que alguien lo haga, sin temor, sin arrepentimiento, con normalidad ... intentaría ser para ti lo que otras no han conseguido ser. Y a mi lado olvidarías el significado de la palabra "dolor", no habría razón para utilizarla jamás.
Sería tu mejor amiga y a la vez tu mejor amante, sería tu todo , y tu serías el mío . La manera más fácil de ser feliz, simplemente eso.
Y podrías confiar en mi como tu eterna caja de secretos.
Mis ojos permanecerían por siempre cerrados ante la tentación de otros, porque ésta dejaría de existir solo por ti. Jamás dudaría de mis sentimientos, porque tú, pequeño...tú serías la mitad de mi corazón, y sin esa mitad ya no funciono, nada en mi funcionaría .